Después de algún tiempo pensando en sobre qué debería venir a comentar en este mi esporádico espacio de desahogo, y de haber tenido un montón de ideas sobre el asunto...
Esta mañana se me pasó por la cabeza escribir sobre algo que siempre me ha perturbado y la religión, independientemente del credo que se profese,simplemente hablo del modo de llevar la fe y lo que esto está provocando (y ha provocado siempre en el mundo).
Así como el agua y el aceite que no se juntan jamás, pero que igual forman un fluido que coexiste en cualquier recipiente, se me ocurre tomar a ambos como una analogía con el aspecto humano del pensamiento y corriente que arrastra a todos a ser materialistas o espiritualistas, o estas con uno o estas con el otro, con el agua que purifica el espíritu o con el aceite que lubrica las máquinas.
El Dios etéreo o el Dios dinero, se cree en uno o en el otro y cada cual incompatible con el otro.
Y ambos crean a su alrededor la serie de acólitos que le profesan reverencia hasta el punto del fanatismo.
Y es en torno a este fanatismo que el hombre vive alternando su vida entre creer o no en sus bondades, buscar sus favores, la solución a todos sus problemas; creando su propia religión.
La religión vive de los fieles y a ellos se remite, sin embargo no vive para ellos, vive para si misma. Y si en los mejores casos los apoya, de pronto aparece el fantasma de la elección entre el dogma, la institución y la humana capacidad de cuestionar su presencia en el contexto de la vida presente y la respuesta siempre es la misma: la institución.
Se sacrifican dogmas, se sacrifican creyentes, pero nunca la institución.
Todas las representaciones religiosas espirituales (identificada cada una en su respectivo credo) y las representaciones religiosas materialistas (identificadas en la mejor forma de defender la adquisición del sagrado beneficio) hacen lo mismo. Sacrifican creencias, sacrifican a sus fieles pero nunca sacrificarán un ápice de la institución establecida, ¿porqué?, pues porque la institución es mas grande que los hombres, ya que perdura en el tiempo y eso las hace imperecederas, como si no fuera que a fuerza de la fe humana han construido cada una sus castillos inmortales.
Puede parecer irrespetuoso y hasta irresponsable colocar a Dios (el que todo lo ha creado) junto al dinero (el que todo lo consigue), sin embargo el hombre a sustentado a ambos en su cada cual particular institución, creando para si una propia religión.
Las religiones espirituales son harto conocidas: cristianismo, islamismo, budismo, judaísmo, hinduismo, etc., pero que hay de las religiones materialistas. Para mi, son esencialmente aquellas que solamente creen en la captación del dinero como fin, y voy a centrarme solamente en el capitalismo y el comunismo (le he dado vueltas al asunto y siempre llego a la misma conclusión, parten de estas dos).
Cada religión tiene su profeta y las mencionadas dos, obviamente, también los tienen: Adam Smith para el capitalismo y Carlos Marx para el comunismo, ellos dieron al mundo su particular visión económica y de allí nacieron los sacerdotes que impusieron esa forma de pensar como forma de vida (discúlpenme si cometo un error garrafal histórico en esta apreciación pero es a lo que a mi modesto entender me ha llevado el andar leyendo un montón de cosas inconexas). Una forma de vida que a construido a su alrededor sus propios templos y que al igual que las religiones espirituales (que tienen sus élites sacerdotales) estas tienen a sus grupos directivos, que son los que guían a los fieles por el camino del "bien" según su propia creencia.
Está bien, el comunismo anda de capa caída y actualmente es como hablar de un muerto imposible de renacer, no funcionó y listo. Sin embargo aún tiene adeptos y son aquellos que no soportan el infierno al que el capitalismo los a condenado.
Obviamente, si no estas con ellos estas contra ellos, por lo tanto mereces condenarte en el opuesto a su cielo particular, llámese como se llame ese lugar.
Y de pronto pasa lo mismo con las religiones espirituales, hagas lo que hagas vas a quemarte en el infierno ¿porqué?, pues porque solo si eres y profesas su religión serás salvado, pero ¿cual religión?, he ahí el problema, si estas en una las otras te condenan, entonces estas condenado para siempre. Lindo panorama de verdad.
Con el dios dinero parecería la cosa mas simple, solo parecen haber dos corrientes y una de ellas anda agonizante, queda la otra y san se acabó, sin embargo, el capitalismo viene demostrando a diestra y siniestra ser la religión mas injusta que puede existir, porque su premisa principal "serás rico", es una mentira, porque se las dice a todos, por lo tanto todos seremos ricos... ¡y eso es imposible!, ¡jamás seremos todos ricos!, pero como habla en singular, uno se lo cree y vive en la apología de la mentira creyendo que si sigue sus mandamientos conseguirá la riqueza y si esto no pasa es porque no fuiste lo suficientemente buen capitalista.
Y seguramente no lo serás, porque a pesar de los pesares y para fortuna de todos, el ser humano en general todavía no concibe que para subir hay que jalar, derrumbar, pisar y aniquilar a quien esté delante, porque eso es ser "buen capitalista" derrotar a la competencia.
Bueno, eso digo yo, por lo que he visto y vivido, no se ustedes.
Sin embargo, a la vista y paciencia del siglo XXI y a la creación de un nuevo contexto que vino de regalo gracias al bombardeo informativo (no creo que haya estado en los planes de nadie, pero ya está aquí y nos sirve para conocer), la religión está en peligro de quedarse obsoleta, primero porque las preguntas surgen en torno a lo efectivas que son en torno a tratar a todos por igual (empezando por las mujeres), exigiendo su reconocimiento a existir (siguiendo por los movimientos homosexuales), reclamando su participación mas activa (terminando en los pobres y desclasados), de pronto todos empiezan a ver que algunas cosas no cuadran y piden explicaciones. ¿Y que responden los sacerdotes de cabecera?, ¡¡Guerra!!, ¿porque?, porque no somos nosotros los culpables, son los otros, los de enfrente, los infieles a la fe de nuestro Dios, los que no siguen nuestros preceptos (espiritual o materialista el discurso es el mismo, unos porque no siguen las escrituras verdaderas -vaya saber uno cual será-, los otros porque quieren quitarnos lo que nos hemos ganado con el sudor de nuestra frente y el dinero de ellos). Lo dicho, son los otros y no nosotros.
El resultado... ¡¡Guerra!!
Y si, la guerra está institucionalizada. Y la batalla constante es la supervivencia.
Ellos hacen de Darwin su principal publicista: "Solo los fuertes sobreviven", como si eso fuera cierto.
Pero les creemos a pie juntillas (lo digo en plano humanidad), aun a sabiendas que algo está chueco, que no cuadra.
Entonces, ¿a donde va la humanidad y la religión? o debería mejor decir ¿hacia donde debería ir la humanidad y la religión?, para mi, simplemente al respeto íntegro de la creencia personal de los derechos del otro.
La fe, así como cada uno, es personal, la existencia, de cada uno, es única y por lo tanto la igualdad tanjante y etiquetadora es inexistente, por lo tanto la vida es un conjunto de personalidades totalmente únicas que deben coexistir en el plano de respeto mutuo.
¿He dicho algo que todos nosotros no sabemos?, creo que no, pero hay tanta tela que cortar a partir de aquí que si han llegado hasta este párrafo, seguir solo con mis ideas será un monólogo aburrido.
Mi intención es solo plantear la cuestión de encontrar la punta del iceberg, tal vez luego podamos sentarnos (comunicarnos para debatir lo que viene a continuación).
De todas formas somos el recipiente de esa agua y ese aceite, parece que fuéramos en camino a hervir para convertir en gas ambos fluidos y vivir luego en otra nueva concepción de la vida presente y futura, quien sabe, solo es una esperanza mía.
Mientras tanto, parafraseo a Isacc Asimov y transformo sus famosas tres leyes y las traigo del plano robot al plano del ser humano:
Primera ley: Un ser humano no puede herir a otro ser humano, ni por inacción dejar que un éste sufra daño.
Segunda ley: Un ser humano debe obedecer las reglas impartidas por otros seres humanos, salvo si viola la primera ley.
Tercera ley: Un ser humano debe salvaguardar su existencia, salvo cuando ésta contravenga las dos leyes anteriores.
Sería lindo ¿no?.
Esta mañana se me pasó por la cabeza escribir sobre algo que siempre me ha perturbado y la religión, independientemente del credo que se profese,simplemente hablo del modo de llevar la fe y lo que esto está provocando (y ha provocado siempre en el mundo).
Así como el agua y el aceite que no se juntan jamás, pero que igual forman un fluido que coexiste en cualquier recipiente, se me ocurre tomar a ambos como una analogía con el aspecto humano del pensamiento y corriente que arrastra a todos a ser materialistas o espiritualistas, o estas con uno o estas con el otro, con el agua que purifica el espíritu o con el aceite que lubrica las máquinas.
El Dios etéreo o el Dios dinero, se cree en uno o en el otro y cada cual incompatible con el otro.
Y ambos crean a su alrededor la serie de acólitos que le profesan reverencia hasta el punto del fanatismo.
Y es en torno a este fanatismo que el hombre vive alternando su vida entre creer o no en sus bondades, buscar sus favores, la solución a todos sus problemas; creando su propia religión.
La religión vive de los fieles y a ellos se remite, sin embargo no vive para ellos, vive para si misma. Y si en los mejores casos los apoya, de pronto aparece el fantasma de la elección entre el dogma, la institución y la humana capacidad de cuestionar su presencia en el contexto de la vida presente y la respuesta siempre es la misma: la institución.
Se sacrifican dogmas, se sacrifican creyentes, pero nunca la institución.
Todas las representaciones religiosas espirituales (identificada cada una en su respectivo credo) y las representaciones religiosas materialistas (identificadas en la mejor forma de defender la adquisición del sagrado beneficio) hacen lo mismo. Sacrifican creencias, sacrifican a sus fieles pero nunca sacrificarán un ápice de la institución establecida, ¿porqué?, pues porque la institución es mas grande que los hombres, ya que perdura en el tiempo y eso las hace imperecederas, como si no fuera que a fuerza de la fe humana han construido cada una sus castillos inmortales.
Puede parecer irrespetuoso y hasta irresponsable colocar a Dios (el que todo lo ha creado) junto al dinero (el que todo lo consigue), sin embargo el hombre a sustentado a ambos en su cada cual particular institución, creando para si una propia religión.
Las religiones espirituales son harto conocidas: cristianismo, islamismo, budismo, judaísmo, hinduismo, etc., pero que hay de las religiones materialistas. Para mi, son esencialmente aquellas que solamente creen en la captación del dinero como fin, y voy a centrarme solamente en el capitalismo y el comunismo (le he dado vueltas al asunto y siempre llego a la misma conclusión, parten de estas dos).
Cada religión tiene su profeta y las mencionadas dos, obviamente, también los tienen: Adam Smith para el capitalismo y Carlos Marx para el comunismo, ellos dieron al mundo su particular visión económica y de allí nacieron los sacerdotes que impusieron esa forma de pensar como forma de vida (discúlpenme si cometo un error garrafal histórico en esta apreciación pero es a lo que a mi modesto entender me ha llevado el andar leyendo un montón de cosas inconexas). Una forma de vida que a construido a su alrededor sus propios templos y que al igual que las religiones espirituales (que tienen sus élites sacerdotales) estas tienen a sus grupos directivos, que son los que guían a los fieles por el camino del "bien" según su propia creencia.
Está bien, el comunismo anda de capa caída y actualmente es como hablar de un muerto imposible de renacer, no funcionó y listo. Sin embargo aún tiene adeptos y son aquellos que no soportan el infierno al que el capitalismo los a condenado.
Obviamente, si no estas con ellos estas contra ellos, por lo tanto mereces condenarte en el opuesto a su cielo particular, llámese como se llame ese lugar.
Y de pronto pasa lo mismo con las religiones espirituales, hagas lo que hagas vas a quemarte en el infierno ¿porqué?, pues porque solo si eres y profesas su religión serás salvado, pero ¿cual religión?, he ahí el problema, si estas en una las otras te condenan, entonces estas condenado para siempre. Lindo panorama de verdad.
Con el dios dinero parecería la cosa mas simple, solo parecen haber dos corrientes y una de ellas anda agonizante, queda la otra y san se acabó, sin embargo, el capitalismo viene demostrando a diestra y siniestra ser la religión mas injusta que puede existir, porque su premisa principal "serás rico", es una mentira, porque se las dice a todos, por lo tanto todos seremos ricos... ¡y eso es imposible!, ¡jamás seremos todos ricos!, pero como habla en singular, uno se lo cree y vive en la apología de la mentira creyendo que si sigue sus mandamientos conseguirá la riqueza y si esto no pasa es porque no fuiste lo suficientemente buen capitalista.
Y seguramente no lo serás, porque a pesar de los pesares y para fortuna de todos, el ser humano en general todavía no concibe que para subir hay que jalar, derrumbar, pisar y aniquilar a quien esté delante, porque eso es ser "buen capitalista" derrotar a la competencia.
Bueno, eso digo yo, por lo que he visto y vivido, no se ustedes.
Sin embargo, a la vista y paciencia del siglo XXI y a la creación de un nuevo contexto que vino de regalo gracias al bombardeo informativo (no creo que haya estado en los planes de nadie, pero ya está aquí y nos sirve para conocer), la religión está en peligro de quedarse obsoleta, primero porque las preguntas surgen en torno a lo efectivas que son en torno a tratar a todos por igual (empezando por las mujeres), exigiendo su reconocimiento a existir (siguiendo por los movimientos homosexuales), reclamando su participación mas activa (terminando en los pobres y desclasados), de pronto todos empiezan a ver que algunas cosas no cuadran y piden explicaciones. ¿Y que responden los sacerdotes de cabecera?, ¡¡Guerra!!, ¿porque?, porque no somos nosotros los culpables, son los otros, los de enfrente, los infieles a la fe de nuestro Dios, los que no siguen nuestros preceptos (espiritual o materialista el discurso es el mismo, unos porque no siguen las escrituras verdaderas -vaya saber uno cual será-, los otros porque quieren quitarnos lo que nos hemos ganado con el sudor de nuestra frente y el dinero de ellos). Lo dicho, son los otros y no nosotros.
El resultado... ¡¡Guerra!!
Y si, la guerra está institucionalizada. Y la batalla constante es la supervivencia.
Ellos hacen de Darwin su principal publicista: "Solo los fuertes sobreviven", como si eso fuera cierto.
Pero les creemos a pie juntillas (lo digo en plano humanidad), aun a sabiendas que algo está chueco, que no cuadra.
Entonces, ¿a donde va la humanidad y la religión? o debería mejor decir ¿hacia donde debería ir la humanidad y la religión?, para mi, simplemente al respeto íntegro de la creencia personal de los derechos del otro.
La fe, así como cada uno, es personal, la existencia, de cada uno, es única y por lo tanto la igualdad tanjante y etiquetadora es inexistente, por lo tanto la vida es un conjunto de personalidades totalmente únicas que deben coexistir en el plano de respeto mutuo.
¿He dicho algo que todos nosotros no sabemos?, creo que no, pero hay tanta tela que cortar a partir de aquí que si han llegado hasta este párrafo, seguir solo con mis ideas será un monólogo aburrido.
Mi intención es solo plantear la cuestión de encontrar la punta del iceberg, tal vez luego podamos sentarnos (comunicarnos para debatir lo que viene a continuación).
De todas formas somos el recipiente de esa agua y ese aceite, parece que fuéramos en camino a hervir para convertir en gas ambos fluidos y vivir luego en otra nueva concepción de la vida presente y futura, quien sabe, solo es una esperanza mía.
Mientras tanto, parafraseo a Isacc Asimov y transformo sus famosas tres leyes y las traigo del plano robot al plano del ser humano:
Primera ley: Un ser humano no puede herir a otro ser humano, ni por inacción dejar que un éste sufra daño.
Segunda ley: Un ser humano debe obedecer las reglas impartidas por otros seres humanos, salvo si viola la primera ley.
Tercera ley: Un ser humano debe salvaguardar su existencia, salvo cuando ésta contravenga las dos leyes anteriores.
Sería lindo ¿no?.
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