Después de casi un mes de ebullición social, Bolivia parece tener la oportunidad de volver a una relativa normalidad. Tensa y nerviosa aún pero normalidad al fin. Ya con el periódico del lunes (como quien dice, cuando se habla sobre lo acontecido sin oportunidad a conjeturas) hay un abanico de cuestiones que merecen mirarse como consecuencia de la revuelta social que ha puesto una nueva presidenta de la nación. Y ver cómo es que quedan defensores del anterior proceso y que ahora son los rechazados exprofeso; mirados como tontos, ciegos o sordos a los cambios que se han producido. Mirando desde afuera y con la superficialidad que me permite el ser un ciudadano de a pie, es decir, desde la mirada de quien ve pasar las cosas, a mi me parece que siguen y seguirán presentes las posturas extremas en torno a la figura de Evo Morales y al MAS en su conjunto. Rechazo contra adhesión, sin término medio. La ingenuidad se rompe a veces contra la pared de lo evidente y sorprende mas que todo e
Entre bocado y bocado de un almuerzo atípico (hoy era día de comer en familia por el cumpleaños de mi mami - a propósito un beso mamá-, pero el trabajo no lo permitió) me dediqué a leer un poco de las opiniones sobre la victoria de Donald (así, solo nombre, a lo amigo) y todas se pueden resumir en que Donald no ganó las elecciones, sino que Hillary estaba predestinada a perderlas. Las causas son varias, la principal y la que al parecer fue la detonante de tan inesperado (?) resultado, fue que es la representante de una vieja política que solo a traído desgracias a la clase media de los estadounidenses. A los bolivianos eso nos suena a deja-vu... Un izquierdista como Micheal Moore (con él si van bien los nombres completos) sustentó la victoria de Donald ya por el mes de julio de este año y lo basó en 5 puntos que resumidos a una frase vendrían a ser: 1. El Brexit del medio oeste de Estados Unidos. Hay que salir del tratado de libre comercio que ha empobrecido a esa región (una regi